A la mañana fuimos a hacer compras al super. A la tarde venían “a cenar” los amigos de Onno y Leti: Mirko y Evelein con sus dos preciosas nenas. Tenía pensado sacar fotos en la carnicería pero hubo cambio de planes y no fui a ese negocio. Será para la próxima…
Quise mostrar algo que vi en el súper para establecer comparaciones: Un trozo de carne que me parece que tiene look de pechito de cerdo ya cocinado, embalado al vacío, con su peso y precio correspondiente.
El día de hoy fue tan caluroso que cuando estábamos en un vivero (obviamente el calor era sofocante) sentí que me iba a descomponer y opté por la retirada y refugio en el coche. Era el segundo vivero y fue demasiado para mi. Además, el cambio de temperatura es tan fuerte que no da tiempo a ambientarse. A la mañana, en el súper, tenía tanto frío que no me alcanzaba el buzo, y a la tarde el sol era casi insoportable.
Este es uno de los canastos que se utilizan para transportar las compras desde el súper:
Con las niñas lo pasamos de maravilla. Las dos quieren mucho a Leti. El papá nos dijo que ambas preguntaban si estarían Leti y Mamá Leti en la casa de Onno… Sanne, la mayor, se maravilló cuando Leti sacó su traje de odalisca.
Ella es súper femenina y adora las piedras y los adornos. No salía de su asombro al ver tanto strass todo junto… Lo que también le llamó mucho la atención fue verme tejer y decía que mi lana (Cisne Glory) era muy suavecita.
Onno hizo su barbacue en una pequeña parrilla del tamaño de una paellera grande y le salió muy rico. El sabor es completamente diferente al de nuestros asados: la carne es súper tierna pero muy adobada, lo que la hace muy picante para mi paladar. Lo que me extraña es que las niñas comían con placer y sin sentir ese picor, que a mi me hacía tener sed… Hoy volví a probar la pasta de maní y me sigue resultando picante. Evidentemente todos los sabores aquí tienen más intensidad. Menos mal que las empanadas que preparo le gustan a Onno…
Otro tema:
Ayer olvidé comentar que en Alkmaar estuve observando con mucha atención a uno de los “portadores” de queso que me pareció sumamente interesante en función de ponerlo en mi lista de candidatos a novio. Me dediqué gran parte del tiempo que estuvimos allí a sacarle fotos y guiñarle los ojos para ver si atraía su atención…, pero me parece que no se dio cuenta… Con seguridad pensó que ya me había decidido por el simpaticón que me dejó entrar y apoyar mis asentaderas en el banco… No me di cuenta de ponerle el bastón como zancadilla cuando pasaba corriendo cerca mío para que se cayera a mis pies… Lamentable, porque estaba bastante agraciado el jovenzuelo…
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