Saturday 9 April 2011

Martes 29/3 - El despegue

Martes 29/3.

Me llevó mi hermana Marcela a Ezeiza donde pudimos despachar el equipaje bien temprano y sin problemas (por supuesto, haciendo la trampita de sacar la mochila de la maleta carry on para que ésta pesara mucho menos...) y luego volver todo lo pesado a la maleta y así quedarme con la mochila livianita…

Me llevaron al salón Centurión (gracias a la American Express que me gestionó Marqui), donde me tomé un rico cafecito y me quedé esperando que volvieran a buscarme para embarcarcar.

El avión salió en horario. El viaje a San Pablo fue sin problemas salvo la incomodidad de los asientos.
Por suerte en el asiento de al lado no estaba ocupado de modo que por lo menos no tenía que esquivar piernas que se desplazasen hasta mi espacio..., pero para poder incorporarme cuando quise ir al baño tuve que pedirle al “azafato” que le pidiera al señor sentado delante mío que subiera un
poco su asiento porque así como estaba yo no podía levantarme! Durante el vuelo nos dieron un refrigerio consistente en una empanada enorme de queso y "presunto" (la otra opción era pizza), un panecillo delicioso y un “mil hojas” de postre. El único detalle negativo de esta etapa del viaje fue el frío... Yo llevaba abrigo en la maleta de cabina, pero como me la habían ubicado en la cajuela y no podía sacarla de ahí, me morí de frío...

Llegamos a Guarulhos (San Pablo) también en horario. Vinieron a buscarme con la silla de ruedas prometida y, después de pasar los controles de migración, me llevaron hacia el otro avión. Allí fue donde me elevaron con un "papamóvil" muy bien equipado.

Este segundo tramo fue realmente muy difícil. Aquí tenía una persona sentada a mi lado que, por suerte, durmió todo el viaje y no se levantó más que para bajar del avión. Era una francesa con la que crucé unas pocas palabras y a la que ayudé a comprender qué era lo que le preguntaba la azafata. Hice algunos paseos hacia los baños ubicados en el fondo del avión con la idea de caminar un poco más, pero así y todo era muy poco lo que me podía movilizar... Los pasillos son sumamente estrechos y no se puede andar deambulando porque los “azafatos” empujando sus carros no dejan mucho paso... Para la cena nos dieron a elegir: pasta, frango (pollo) o carne. Yo elegí pollo con arroz, que estaba rico. De postre un flancito normal.

Nuevamente aquí, el frío que sufrí fue espantoso. Traté de cubrirme como podía, pero entre la molestia de mi derrière y el frío..., no la pasé nada bien. Me dieron una manta más (yo había conservado la del tramo anterior) y otra almohadita, con lo cual traté de hacer un poco más mullido el asiento, pero sin mucho éxito. La noche se hizo interminable. Me dolía el coxis. Me ponía la almohada debajo de la cola y comenzaba a dolerme el cuello. Me tapaba las piernas (que tenía congeladas) con la mantita que me habían dado y se me congelaban los brazos… No pegué un ojo en toda la noche, pero por fin amaneció y pensé que faltaba poco para llegar a París.

Antes de aterrizar nos dieron el desayuno: café con leche, 1 sandwich y unos pancitos muy ricos con manteca. La otra opción eran huevos.

Finalmente llegamos a París, ya habiendo cambiado la hora y con el tiempo suficiente para abordar el 3° avión. Aquí decidí pedir auxilio y una azafata me ayudó a abrir la maleta de mano y sacar un buzo y la campera. Así comencé a sentirme mejor. Vino el azafato de TAM a retirarme y me paseó por un sector que me parecía un laberinto de subidas y bajadas, como si fuera siempre en círculo... Dimos vueltas hasta que encontramos la posta: una azafata francesa de Air France.

5 comments:

  1. ¡Uaaauu, Vir, qué viajecito! Sin embargo, estaba pensando que en ningún momento sentiste miedo por estar volando, ¿no es así? El frío y la incomodidad son buenos para olvidar todos los temores, jajajaja...
    Me encanta que hayas decidido relatar tu viaje a través de este blog. ¡Gracias por compartir esta increíble experiencia! Besotes para los tres.

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  2. WOW!! Qué pena lo del frío!!!!!!! Esperamos más reportes!!!!

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  3. Feo lo del frìo!!! todo lo demàs fantastico, me gusta muchìsimo leerte parece que es un viaje colectivo, espero màs,

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  4. Bueno, ahora queremos historias de tus paseos por Holanda!!! Te quiero mucho!! Santi

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  5. Sol..., nunca pensé en tener miedo. No me asustaba en ningún momento volar. Lo que tenga que pasar va a pasar en un avión en una bicicleta...
    Santi, pronto vienen más capítulos.
    A todos: gracias por gustar de mis relatos!!!

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