Sunday 10 April 2011

Miércoles 30-3 * Continúa el viaje y llegada a Amsterdam


Con esta nueva amiga, que después de intentar hacerme entender en francés y portugués me dijo que hablaba castellano… dimos algunas vueltas más, hasta que vino otro personaje (esta vez un varón) que me llevó flameando hasta una van que tenía varias sillas de ruedas y salió a toda velocidad mascullando que perderíamos la conexión...

Pensé que me llevaría hasta Amsterdam -por el trecho que tuvo que andar...-, pero era sólo para llegar a otra terminal del Charles de Gaulle... Allí me recibió otra azafata, que hizo revisar nuevamente mis papeles y me llevó a migraciones (después de dar varias vueltas, subidas y bajadas...).

Otra vez tuve que pasar por el detector de metales y, cuando me piden el ticket de embarque..., no lo tenía… Por supuesto que en Ezeiza me habían avisado que en París tenían que darme otro ticket porque había cambio de avión y también de aerolínea..., pero yo pensé que entre tantos controles, alguien habría expedido ese papel (tenía en mis manos varios papeles nuevos). En consecuencia hubo que ir nuevamente al sector de check in (a esa altura ya no me acordaba ni de mi nombre) donde me dieron nuevos papeles (entre ellos el ticket de embarque) y vuelta a pasar por el detector de metales...

Ahora sí todo estaba listo, pero ese tiempo perdido hizo que perdiera también la conexión pautada, de modo que tuve que esperar 2 horas más por un nuevo vuelo de KLM para hacer el último tramo de mi viaje. Mis valijas grandes con pompones habían embarcado en el vuelo de Air France previsto.

Volvieron a subirme al nuevo avión con la silla de ruedas y aquí fue donde me recibieron con la pregunta de "¿Dutch?, ¿English?, ¿German?", a lo que contesté con otra pregunta: "¿francés?, ¿español?, ¿portugués?".

En este avión no tuve frío (y ahora tenía abrigo..., ¡qué ironía...!). Nos dieron un refrigerio consistente en unas ricas galletitas y café con leche y enseguida el avión comenzó a recorrer cielo holandés.

Este fue un tramo pequeño y más confortable, no porque los asientos fueran más amplios sino porque estaba en una hilera de 3 asientos y el del medio estaba sin ocupar.

En poco más de una hora estábamos en Schiphol, el aeropuerto de Amsterdam.

Allí me recogió un transportista con un carro similar al de los de campos de golf, con el cual me llevó flameando a través del enorme aeropuerto hasta llegar al sector de entrega de equipajes. Cuando llegamos, estaba todo vacío (creo que mis compañeros de viaje no tenían equipaje despachado..., eran viajantes de trabajo, negocios). Lo único que se podía ver en el medio de ese enorme patio eran mis dos valijas con sus pompones rosas!!


Y a estas alturas, ya Leti y Onno me habían localizado y estaban sacudiendo manos y piernas en señal de bienvenida...



El equipaje despachado consistía en dos maletas de 32 kg cada una. Una de ellas era preciosa, nueva, flamante, pero la otra…, era una que estaba destinada a hacer su último vuelo. Le daba poco tiempo de vida. Sin embargo, las maletas estaban íntegras en su contenido aunque naturalmente la vieja estaba destrozada... De todo lo que transporté, lo único que se perdió fue el candado que puse en la valija vieja... Leti pensó que lo habrían reventado para sacar algo..., pero cuando la abrimos para revisar nos encontramos con que no había sido así. Probablemente se rompieron los ganchitos en los que sujeté el candado y éste se extravió.

Realmente haber llegado con todo el contenido completo y sin averías, fue todo un éxito.

A todo esto, mi viaje terminó a las 5.30 de la tarde..., no se cuántas horas después de haber partido...


Luego de los saludos y abrazos, sin salir de la estación de Schiphol tomamos un tren hermoso en la parte de abajo del aeropuerto (¡con todas las maletas!!) y llegamos a la estación de Purmerend, donde Leti y Onno habían dejado su coche. (Las botas de Leti sí que son calentitas…, están forradas de piel…, pero dice que no las puede llevar al trabajo porque son demasiado deportivas).




Para subir al tren es necesario pasar una tarjeta-pase por unos sensores que registran el ingreso. Al bajar hay que volver a pasar esa tarjeta para que registre la salida, de lo contrario se sigue descargando del crédito de la tarjeta el importe que corresponde a lo que el tren siga avanzando... Luego, cuando el tren llega a destino, hay que apretar un botón amarillo para que se abran las puertas. El andar es increíble...



También fue precioso ver allí, en Purmerend, la inmensa cantidad de narcisos que hay por todos lados. En los jardines, en las partes públicas. Tulipanes hay pero todavía no en los jardines.

En el de los Leti y Onno las plantas de tulipán están fantásticas. Son de hojas enormes, tipo las achiras pero más pulposas y de un verde fuerte, vivo. Tienen los pimpollos de sus flores creciendo...

El resto del viaje lo hicimos en el coche de ellos, que es un Scenic azul muy lindo y cómodo. Ella dice que es un poco viejo, pero para mí es hermoso...

Cuando comenzamos a desarmar el equipaje Leti no podía creer que le hubiera podido traer tantas cosas... Me puse muy contenta de ver que mi esfuerzo de compaginar este transporte no hubiera sido en vano.

El lugar que prepararon para mi es genial. Lo comparto con algunos vinos, pero lo bueno es que si de noche tengo sed, no tengo necesidad de levantarme para ir a la cocina…


Así lucía mi dormitorio antes del ordenamiento y ahora está todo prolijito tras una cortina…

Tengo una preciosa cama donde pasé muy bien mi primera noche. Pusieron flores para adornar mi alcoba y sobre la mesita de luz una foto de mis otros hijos, para que no los extrañe... Sobre la almohada había una postal de la Tour Eiffel, con una invitación a que la visitara!! Me dieron una hoja de ruta con la iluminación necesaria para llegar al baño..., jajaja..., pero realmente no la necesité porque quedó encendida alguna luz de afuera que me alcanzó para llegar sin tropiezos... También tenía, al lado de la cama, un par de chinelas re-calentitas que me va a costar sacar porque son lindísimas.

Otra cosa que hicieron especialmente para mi es colocar una piletita re-monona en el baño, que hasta ese mo-mento tenía solamente inodoro. Algunas cosas son un poco diferentes: por ejemplo el baño de arriba, que es enorme, tiene 2 piletas fantásticas, muy grandes, pero no tiene inodoro... En cambio el de abajo tenía solamente el inodoro y ahora tiene su piletita pequeñita y monona.

Por otro lado, es cierto que hace frío... Mi camita es calentita, pero yo venía con frío adentro desde mis horas de viaje, de modo que me costó entrar en calor. Antes de acostarse Leti pasó por allá y me tiró encima otra manta más, pero realmente a la mañana ya no la necesitaba. A las 5 de la mañana me desperté con un importante dolor en el trocanter... Me levanté a tomar un calmante y ahora estoy OK.


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