Saturday 23 April 2011

Viernes 22-04 * Segundo día en París. Nos paseamos TODO

Queríamos comenzar con Notre Dame, que era uno de los puntos que más me entusiasmaban. Como era un poquito lejos de donde estábamos, era necesario viajar en subte. Y ya que estábamos en el metro..., el que no conseguía asiento se las ingeniaba para viajar sentado...


Viajar en subte es bien difícil. ¿Cómo se supone que debiéramos subir y bajar la silla y yo por esas escaleras? Bajar, caminar, buscar la conexión, subir, bajar, otra conexión, subir, bajar… Había algunas mamás con carrito y bebé, pero no tengo idea de cómo harán…

Lo mismo sucede dentro del subte cuando tiene dos pisos, porque hay que subir o bajar..., es inevitable.



El paseo de hoy comenzó con Notre Dame. No recordamos que estamos en Semana Santa… Hoy es Viernes Santo y naturalmente la iglesia estaba rebosante de gente.

La fachada de la iglesia es monumental, con sus tres grandes portales: el del centro "Portal del Juicio Final" es el más importante, y los dos laterales son dedicados a la Virgen María y a su Madre, Santa Ana.

A pesar de que la cola era enorme, decidimos quedarnos porque avanzaba rápidamente.


Cuando pudimos entrar (Leti, Onno, la silla y yo) notamos que todos los “acomodadores” estaban cubiertos con una capa color beige claro y guantes blancos.



Uno de ellos nos preguntó (calculo que en francés) si queríamos algo… Yo respondí “oui”, que me sale perfecto, pero en realidad no sabía bien qué me había preguntado el señor que me hacía señas de avanzar. Fue así como comenzó a hacernos lugar entre dos hileras de asientos para que pudiéramos avanzar con facilidad. Pensé que nos acomodaría en algún asiento para discapacitados, pero no…, nuestro acompañante continuaba guiándonos a través del camino que hacía hacia delante… “¿Hasta dónde llegaremos?” –me preguntaba-.

Y así llegamos hasta el lugar donde terminaba la fila enorme que caminaba lentamente hacia el altar… Aquí conviene acotar que me di cuenta de que la fila de afuera caminaba rápido porque no eran muchos los que decidían continuar con la fila del centro de la iglesia y salían por la otra puerta tan rápidamente como habían entrado.

Bueno, cuál no sería mi estupor cuando mi guía apartó los últimos escollos que nos separaban del grupo de sacerdotes que se encontraban en la cabecera de la fila y me acercó (con la silla) hasta el anhelado encuentro: se trataba de una caja de vidrio conteniendo algún simil de la corona de Cristo ante la cual todos se iban inclinando para besar. ¿Qué podía hacer? No era mi intención llegar a ese extremo, pero tampoco me parecía adecuado rechazar la oferta que mi guía me había hecho…, cuando me preguntó si quería avanzar es probable que me haya preguntado si quería besar la corona de Cristo, pero yo, por las dudas, le dije que “oui”.

La conclusión fue que el momento fue verdaderamente imponente. Sentir que ese personaje con esa capa tan extraña me abría paso, sentir que avanzaba en un ámbito tan sobrecogedor hacia no-se-qué-cosa fue realmente movilizador.


Luego de eso nos quedamos un rato en el interior, viendo lo imponente de esa obra majestuosa, cada cual sintiendo lo suyo, y luego salimos por donde habíamos entrado.

Recorrimos los laterales, magníficos y terminamos en la parte trasera, más bonita aun.



Luego cruzamos a ver el Parque de los Deportados, con leyendas de homenaje a los deportados por diferentes motivos en el tiempo de los Nazis (judíos, gays, gitanos, negros...). Pasamos por la Iglesia de Saint Sulpice y nos fuimos a tomar algo a un barcito de los tantos y tan lindos que hay en París, muy cerca de alguno de los puentes.



Aquí tuve mi primera experiencia de concurrencia a un baño en Francia…

Pregunté a un mozo “Le toilette, s’il vous plait?”; me indicó una puerta y me metí.

Cuál no sería mi horror cuando apenas cruzo la primera puerta, veo salir de uno de los baños a UN SEÑOR… No sabía si dar vuelta atrás y salir corriendo, pero recordé que había entrado por la puerta que me habían indicado, de modo que me apoyé contra el lavabo y esperé, sin saber qué hacer… El tipejo en cuestión, abrochándose la bragueta, me dijo algo y salió por otra puerta. Entonces yo decidí (urgencia obliga) entrar y obrar de acuerdo a mi necesidad, sin pensar demasiado en lo que vendría después… No pasó más nada. Nadie entró, nadie salió… Así que, como perico por su casa…, me lavé las manos y me fui.

Cuando les conté la anécdota a mis acompañantes, me dijeron que en Francia era habitual…, pero ¿¿¿cómo podía saberlo yo????

Otra cosa que me llamó poderosamente la atención a esta altura de los acontecimientos es cómo hacen para comer 2 personas sentadas a una mesita en que yo no podría poner el contenido de un desayuno? Pero lo hacen. Además, tienen muy poco espacio para moverse entre las mesas. Es todo un malabarismo.




Después de allí rumbeamos para el Barrio Latino.

El punto de referencia es la Place Saint Michel, con la estatua de San Miguel dominando al dragón. Mucha, muchísima gente. Muchos lugares para comer (sentados o “a la porte”). Mucho subir y bajar, muchos dueños de restaurantes invitando a entrar a los potenciales comensales.




Me llamaron mucho la atención los “shawarma”, unas enormes masas de pollo prensado que se van cocinando colgadas de un gancho, y de las cuales los cocineros van extrayendo la parte exterior (más cocinada) para servir en las comidas. Lo que se come en esos puestos de venta para llevar son como “tapas” rellenas de diferentes contenidos: pollo, jamón, queso, tomate, papas… o sándwiches de diferentes panes y rellenos también y creppes salados y dulces.

El paseo de hoy fue muy largo. Caminar y subte, luego caminar otra vez. Gracias a Dios estamos los cuatro: Onno, Leti (con los mapas en la mano), el vehículo y yo…



Pasamos por el puente donde los enamorados ponen un candado que sella su amor eterno. Había muchísimos, con leyendas alusivas. Allí Onno sacó un candadito y le pidió a Leti que lo pusieran juntos. Así lo hicieron.




La tarde era preciosa. Entramos a los Jardines de Luxemburgo y allí hicimos un descanso reparador al sol, viendo el Palacio de Luxemburgo y la fuente donde navegaban barquitos de alquiler.


Luego tomamos un subte que nos llevó al Arco de Triunfo.



Desde el Louvre se pueden ver en sucesión el Arco del Carrousel, el Jardín de las Tullerías, el obelisco de la Concorde y toda la Avenida de Les Champs Elisees, terminando en el Arco de Triunfo.

De allí caminamos cuesta abajo por Les Champs Elisees, pasando por donde se encuentran locales de las principales marcas.



Ya estábamos muy cansados y comenzamos a caminar en dirección al departamento. Pero en realidad me estaban engañando. Como yo soy absolutamente desubicada, no tenía idea de que ése no era el camino “a casa”.

Mi chofer daba vueltas y vueltas, lo cual no me preocupaba más que cuando el camino era en subida y me parecía muy pesado empujar la silla conmigo encima… Les pedía que me dejaran bajar y caminar, pero seguían dando vueltas y no permitían que me bajara… Las varias vueltas se debieron a que Onno trataba de llegar a los lugares elegidos para que yo viera desde un ángulo en que no me diera cuenta hasta estar justo delante. Entonces daba vuelta la silla y me decía: “Esta es la vista!!!”. Eso es lo que hizo cuando llegamos al Trocadero.



Trocadero es como un patio elevado desde el cual se tiene una vista increíble de la Torre Eiffel.

Cuando nos acercábamos, Onno me contó que en el viaje anterior, cuando llevó a Leti en el mes de agosto, ella le decía que lo único que quería ver era la Torre Eiffel, pero él insistía en que quería que primero viera El Trocadero, que era un lugar bien bonito, etc…

Pasamos por el costado de un museo y yo pensé que era allí donde pensaba llevarme y tímidamente le pregunté si a Leti le había gustado (a ella tampoco le interesan los museos). Me dijo que si, que finalmente había quedado contenta con lo que había visto. Y bueno…, así fue como me presentaron la Torre…

¡¡¡Qué fantástica vista había realmente!!!

Luego cruzamos el parque, el puente D´Iena y llegamos a la Torre. Naturalmente la cola para entrar era enorme…, ¡¡¡de modo que decidimos seguir viéndola desde la ventana del dormitorio!!!



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