Monday 25 April 2011

Domingo 24-04 * Cuarto día en París. Montmartre

El paseo de hoy nos llevó cuesta arriba (después del metro) con el bus que va serpenteando la cuesta hasta llegar casi hasta Sacre Coeur, en la cima de la colina. Estábamos en Montmartre.

Callejuelas estrechas, llenas de lugares de suovenirs, comidas, grabados, pinturas, libros, tarjetas, antigüedades… Mucha gente; muchos orientales y musulmanes, como en todas partes.

Al poco rato nos encontramos con la Basílica del Sacre Couer.



Inmensa y tan imponente en la cima del monte. Para acceder había unas escalinatas muy altas, de modo que me contenté con verla desde afuera.


Luego fuimos hacia el frente de la iglesia, donde hay una especie de anfiteatro desde el que se ve toda la ciudad. Vista maravillosa.

Pero aquí un comentario aparte para un locuelo que hacía malabarismos con la pelota sobre una columna atrás de la cual había un precipicio… Fue increíble. La gente clamaba y aplaudía muchísimo.



Luego nos sentamos a comer algo en uno de los restaurantes de la zona, donde nos atendieron con bastante descortesía (no son demasiado corteses aparentemente los mozos de París).



Y así seguimos, recorriendo…, hasta que decidimos regresar y hubo que esperar casi media hora la llegada del “Montmatrobus”. Nuestro cicerone se había fatigado en demasía y así quedó:




Para terminar la tarde bajamos del subte en la zona de Place Pigalle y recorrimos un poco algunas calles hasta llegar al Mouline Rouge.


Para terminar la jornada, al salir del metro, nos quedamos disfrutando del atardecer en la Explanada des Invalides. Mucha gente aprovechando el día fantástico, soleado, cálido, haciendo picnic en el césped, jugando a la pelota, durmiendo una siesta reparadora...







A la noche, después de cenar, fuimos hasta la Torre porque Leti quería verla encendida desde abajo. Aparentemente había leído en la Lonely Planet que era imperdible el espectáculo de ver las luces (las que se encienden durante 10 minutos cada hora) desde abajo, de modo que allí fuimos. Pero…, oh desilusión!!! Desde abajo no era para nada impresionante porque las luces están hacia fuera de la estructura…

Como en todos los lugares turísticos (en realidad todo París) se ven vendedores ambulantes absolutamente negros. Yo creo que hasta el blanco de los ojos es negro... Da la sensación de que los han bajado del barco y los han colocado en los diferentes lugares con su bolsa de souvenirs, sin que articulen una sola palabra que no sea en su idioma natal.

Venden figuritas de diferentes tamaños de la Torre Eiffel y otras menudencias del estilo, pero lo diferente fue lo que vimos esa noche: tenían unos aparetejos con forma de avioncito, tipo boomerang con luces titilantes de color azul. Los lanzaban hacia arriba y bajaban. Algunos de ellos llegaban bastante alto.





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